Los gatos tienen una temperatura corporal más alta que los humanos, pero eso no significa que sean inmunes al frío. Aunque algunos gatos toleran mejor las bajas temperaturas que otros, el frío extremo puede afectar su salud y bienestar. Saber identificar si tu gato tiene frío y tomar medidas para mantenerlo cálido en invierno es esencial, especialmente para gatos mayores, enfermos o de pelo corto.
En este artículo te explicamos cómo detectar si tu gato tiene frío, qué riesgos existen y cómo asegurarte de que esté cómodo y protegido durante los meses fríos.
¿A qué temperatura los gatos sienten frío?
Los gatos tienen una temperatura corporal entre 38°C y 39°C, por lo que pueden tolerar temperaturas más bajas que los humanos. Sin embargo, empiezan a sentir frío cuando la temperatura ambiente cae por debajo de 7°C a 10°C.
Algunos factores que influyen en su resistencia al frío son:
• Tipo de pelaje: Gatos de pelo largo (como los Maine Coon) toleran mejor el frío, mientras que los gatos de pelo corto o sin pelo (como los Sphynx) son más sensibles.
• Edad: Los gatos mayores y los gatitos pequeños pierden calor más rápido.
• Estado de salud: Gatos con artritis o enfermedades crónicas sufren más con el frío.
• Peso corporal: Gatos más delgados tienen menos grasa para aislarse del frío.
Señales de que tu gato tiene frío
Para saber si tu gato está sintiendo frío, observa estos signos:
• Se acurruca más de lo normal para conservar calor.
• Tiembla o presenta escalofríos.
• Sus orejas, patas o la punta de la cola están frías al tacto.
• Busca lugares cálidos constantemente, como mantas, radiadores o tu regazo.
• Se vuelve menos activo y duerme más horas.
• Evita tocar superficies frías y camina con incomodidad sobre baldosas o suelos helados.
Si notas estos signos, es importante tomar medidas para calentarlo.
Cómo mantener a tu gato caliente en invierno
- Asegura un ambiente cálido en casa
Lo más importante es proporcionar a tu gato un entorno cómodo y bien aislado del frío. Algunas medidas que puedes tomar son:
• Mantener una temperatura ambiente estable (entre 18°C y 22°C).
• Evitar corrientes de aire y cerrar puertas o ventanas mal selladas.
• Usar alfombras o mantas en el suelo para evitar que el gato camine sobre superficies frías.
Si en tu hogar hace mucho frío, considera usar un calentador seguro en la habitación donde tu gato pasa más tiempo.
- Proporciona camas cálidas y cómodas
Dale a tu gato una cama acogedora y bien aislada del suelo. Las mejores opciones incluyen:
• Camas tipo cueva o iglú, que retienen mejor el calor.
• Mantas de lana o felpa dentro de su cama habitual.
• Camas elevadas, que evitan el contacto con suelos fríos.
Si a tu gato le gusta dormir en tu cama, puedes poner una manta extra para que se mantenga más caliente.
- Usa mantas térmicas o almohadillas calefactables
Las mantas térmicas para gatos son una excelente opción en invierno. Puedes optar por:
• Mantas térmicas eléctricas con termostato, siempre asegurándote de que sean seguras para mascotas.
• Mantas autocalentables, que reflejan el calor corporal del gato sin necesidad de electricidad.
Si no tienes una manta térmica, puedes calentar una bolsa de agua caliente y envolverla en una toalla para que el gato se acurruque junto a ella.
- Aumenta su ingesta calórica si es necesario
Los gatos gastan más energía en invierno para mantener su temperatura corporal, especialmente si tienen acceso al exterior. Para ayudar a su metabolismo, puedes:
• Ofrecer porciones ligeramente más grandes si notas que tiene más hambre.
• Añadir comida húmeda tibia a su dieta, lo que también le ayuda a mantenerse hidratado.
Siempre consulta con tu veterinario antes de hacer cambios en su alimentación.
- Viste a tu gato si es necesario
Si tu gato es de una raza sin pelo (como el Sphynx) o muy friolero, puedes probar un suéter o abrigo para gatos. Sin embargo, no todos los gatos aceptan usar ropa, así que observa su reacción y no lo fuerces si se siente incómodo.
- Dale acceso a zonas soleadas
Los gatos aman tomar el sol, especialmente en invierno. Asegúrate de que tenga acceso a ventanas soleadas o balcones cerrados donde pueda calentarse durante el día.
Si tu casa no recibe mucha luz natural, puedes colocar su cama cerca de un foco de calor seguro.
- Evita que salga al exterior cuando hace frío
Si tu gato tiene acceso al exterior, es mejor limitar sus salidas en los días más fríos. La exposición prolongada a temperaturas muy bajas puede causar:
• Hipotermia: Disminución peligrosa de la temperatura corporal.
• Congelación en las orejas, patas o cola.
Si insistes en dejarlo salir, asegúrate de que tenga un refugio exterior cálido y protegido del viento y la humedad.
- Cepilla su pelaje regularmente
Un pelaje bien cuidado ayuda a mantener el calor corporal. Cepilla a tu gato con regularidad para eliminar el pelo muerto y estimular la circulación sanguínea.
Para gatos de pelo largo, evita que se formen nudos, ya que pueden afectar la capacidad de su pelaje para aislar el frío.
- Observa signos de hipotermia
Si tu gato ha estado expuesto al frío extremo, revisa si presenta síntomas de hipotermia, como:
• Letargo extremo o falta de respuesta.
• Respiración lenta.
• Encías pálidas.
• Rigidez muscular.
Si notas alguno de estos signos, envuélvelo en una manta caliente y llévalo al veterinario de inmediato.
- Pasa más tiempo con él
El contacto físico también ayuda a mantener a tu gato caliente. Jugar con él o dejar que se acurruque en tu regazo no solo lo calentará, sino que fortalecerá el vínculo entre ustedes.
El frío puede afectar la salud y comodidad de tu gato, pero con medidas sencillas como proporcionar camas cálidas, evitar corrientes de aire y asegurarte de que reciba suficiente alimento y actividad, puedes garantizar que pase el invierno de manera segura y confortable.
Si tienes un gato mayor, enfermo o de una raza sin pelo, es aún más importante prestar atención a su temperatura corporal y ofrecerle un ambiente bien climatizado.