El rascado es un comportamiento completamente natural en los gatos y, de hecho, es fundamental para su bienestar físico y emocional. Sin embargo, cuando tus muebles se convierten en el objetivo principal de esas afiladas garras, puede generar frustración. La buena noticia es que no es necesario elegir entre un gato feliz y unos muebles intactos. Con el enfoque adecuado, es posible redirigir el comportamiento natural de rascado hacia superficies apropiadas sin recurrir a castigos ni regaños. A continuación, te explicamos cómo.
¿Por qué los gatos arañan?
Para entender cómo solucionar el problema, primero es importante comprender por qué los gatos arañan. Rascar no es un capricho, es una necesidad instintiva con múltiples funciones:
• Marcaje territorial: Al rascar, el gato deja señales visuales y deposita feromonas desde las glándulas situadas en sus patas. Este es un mensaje claro para otros gatos: “este espacio es mío”.
• Cuidado de las uñas: Rascar ayuda a eliminar las capas externas y muertas de las uñas, manteniéndolas sanas y afiladas.
• Ejercicio y estiramiento: Rascar implica estirar todo el cuerpo, especialmente los músculos de las patas, la espalda y los hombros.
• Liberación de estrés: En situaciones de ansiedad o aburrimiento, rascar puede ser una forma de liberar tensión acumulada.
Prohibir que tu gato rasque es antinatural e imposible. En cambio, el objetivo debe ser redirigir este comportamiento hacia superficies adecuadas.
Elegir el rascador ideal para tu gato
El primer paso para salvar tus muebles es asegurarte de que tu gato tenga uno o varios rascadores atractivos. No todos los gatos prefieren el mismo tipo de rascador, por lo que es clave observar sus preferencias naturales:
• Vertical: Para gatos que disfrutan estirarse hacia arriba.
• Horizontal: Ideal para gatos que prefieren rascar alfombras o suelos.
• Inclinados: Algunos gatos prefieren una superficie ligeramente inclinada.
Materiales recomendados
El material también es fundamental. Los gatos prefieren texturas que ofrezcan cierta resistencia:
• Sisal natural: Es el favorito de muchos gatos por su textura fibrosa y resistente.
• Cartón corrugado: Económico, fácil de reemplazar y muy atractivo para muchos gatos.
• Madera sin tratar: Para gatos con preferencias más naturales.
• Alfombra gruesa: Similar a las texturas que muchos gatos disfrutan en los muebles.
Lo ideal es ofrecer más de un tipo de rascador, para que tu gato pueda elegir.
Colocación estratégica de los rascadores
La ubicación de los rascadores es casi tan importante como el rascador en sí. Algunos consejos clave:
• Cerca de sus zonas de descanso: Los gatos suelen rascar justo después de despertarse.
• Zonas de paso: Los gatos marcan territorio en áreas clave de su recorrido diario.
• Junto a los muebles que araña actualmente: Colocar un rascador justo al lado del sofá o la silla favorita ayuda a redirigir el comportamiento.
Evita colocar el rascador en rincones ocultos o habitaciones poco frecuentadas. El rascador debe ser parte visible de su territorio.
Cómo hacer que el rascador sea irresistible
Algunos gatos se sienten atraídos de inmediato por un rascador nuevo, pero otros necesitan un pequeño incentivo. Puedes:
• Frotar catnip o hierba gatera en el rascador.
• Jugar con tu gato cerca o sobre el rascador.
• Frotar un paño con su propio olor sobre el rascador para que lo reconozca como parte de su espacio.
• Premiar cada uso del rascador con caricias, elogios o premios.
Cómo proteger los muebles mientras tu gato aprende
Mientras tu gato se acostumbra a usar el rascador, es recomendable proteger las áreas donde suele rascar:
• Cubrir las esquinas de los muebles con cinta adhesiva de doble cara (los gatos odian las superficies pegajosas).
• Colocar protectores de plástico o vinilo en las zonas más afectadas.
• Cubrir los muebles temporalmente con mantas de textura poco atractiva.
Eso sí, estas medidas deben complementarse siempre con rascadores atractivos. No basta con prohibir el acceso; hay que ofrecer alternativas.
No uses castigos
Regañar o castigar a un gato por arañar los muebles no solo es ineficaz, sino que puede empeorar el problema. El castigo genera miedo, estrés y confusión, y no enseña al gato qué hacer. En su lugar, el refuerzo positivo es mucho más eficaz:
• Premia a tu gato cada vez que use el rascador.
• Acompáñalo al rascador y juega con él allí.
• Elogia cada intento de uso correcto.
Los gatos aprenden mejor cuando asocian una acción con una consecuencia agradable.
Proporciona un entorno enriquecido
Un gato aburrido es mucho más propenso a desarrollar comportamientos destructivos. Para mantenerlo mentalmente estimulado y físicamente activo:
• Dedica al menos 15 minutos diarios al juego interactivo.
• Ofrece lugares para trepar y esconderse, como árboles para gatos y estantes.
• Varía el entorno, rotando juguetes y reorganizando su espacio de vez en cuando.
Un gato con un entorno enriquecido es un gato más equilibrado.
Casos especiales: hogares con varios gatos
Si tienes más de un gato, es importante ofrecer varios rascadores en distintas zonas de la casa. De este modo, cada gato puede tener su propio espacio para marcar y rascar, reduciendo la competencia y el estrés territorial.
Revisión y mantenimiento
Con el uso regular, los rascadores se desgastan. Revisa periódicamente su estado y reemplaza las superficies desgastadas o rotas. Un rascador en mal estado puede dejar de ser atractivo para tu gato.
Observa y adapta
Si, a pesar de todos tus esfuerzos, tu gato sigue prefiriendo los muebles, revisa el tipo de rascador, la ubicación o el material. Cada gato es único, y encontrar la combinación perfecta puede requerir algo de prueba y error.
Evitar que tu gato arañe los muebles no significa prohibirle rascar. Al contrario, significa entender su necesidad natural y proporcionarle alternativas atractivas que satisfagan sus instintos sin dañar tu casa. Con paciencia, observación y refuerzo positivo, es posible lograr un equilibrio donde tus muebles estén protegidos y tu gato sea feliz y saludable.